TODO COMENZÓ EN GALILEA HISTORIA SAGRADA EN DIBUJOS ANIMADOS.
-La conversión.
Añade el evangelio: "Inmediatamente cantó un gallo. Y Pedro se acordó de las palabras de Jesús: antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Salió afuera y lloró amargamente".
El evangelista es sumamente sobrio, pero nosotros podemos preguntarnos qué fue lo que sucedió. El canto del gallo parece llegarle a un hombre todavía confundido, después el recuerdo de la palabras de Jesús, luego gradualmente la percepción: Jesús había querido en realidad todas estas cosas, y si corresponden a su plan, corresponden también al plan de Dios. Entonces no he captado nada el plan de Dios, he sido un ciego durante toda la vida, he vivido hasta ahora con un hombre del que no he entendido nada.
Dice Lucas: "Jesús pasó y lo miró". Mateo no habla de eso, pero podemos intuirlo simplemente por la escena. Pedro piensa: ese es el hombre a quien yo no he comprendido, de quien siempre me serví en el fondo para tener una posición de privilegio, y que ahora va a morir por mí.
Nace el conocimiento de Jesús y de sí mismo, finalmente se rompe el velo y Pedro comienza a intuir entre lágrimas que Dios se revela en Cristo abofeteado, insultado, renegado por él, Pedro, y que va a morir por él. Pedro, que hubiera querido morir por Jesús, ahora comprende: mi puesto es dejar que él muera por mí, que sea más bueno, más grande que yo. Quería hacer más que él, quería precederlo, en cambio es él quien va a morir por mí que soy un gusano, que durante toda la vida no fui capaz de entender qué sería; ahora él me ofrece esta vida suya que yo he rechazado. Pedro entra, por medio de esta laceración, esta humillación vergonzosa, en el conocimiento del misterio de Dios. Pidámosle a él que nos conceda también a nosotros entrar un poco, a través de la reflexión sobre nuestra experiencia, en este conocimiento del misterio de la Pasión y de la Muerte del Señor.
Oremos juntos:
Señor, Hijo de Dios crucificado, nosotros no te conocemos. Nos es muy difícil reconocerte en la cruz, reconocerte en nuestra vida.
Te pedimos que nos abras los ojos, que nos hagas ver el significado de las experiencias dolorosas a través de las cuales tú rompes el velo de nuestra ignorancia, nos permites conocer quién es el Padre que te ha enviado, quién eres tú que nos revelas al Padre en la ignominia de la Cruz, quiénes somos nosotros que tenemos una revelación tuya en la humillación de nuestra pobreza.
Te pedimos, oh Señor, que te sigamos con humildad por el don de tu Espíritu, que contigo y con el Padre vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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