Extracto de "EL CORAJE DE SER CATÓLICO"
ÁNGEL PEÑA O.A.R. (2009)
Sí, vale la pena ser sacerdote, vale la pena consagrarse al servicio del Señor toda la vida. Vale la pena ser laico comprometido con Jesús y compartir la fe. El padre Mateo Crawley, el gran apóstol mundial de la devoción al Corazón de Jesús, cuenta que un día después de predicar un sermón en París, lo detuvo una joven obrera y le pidió hablar con él. Como no tenía tiempo, pues le estaban esperando en otra parte, le dio su dirección. Ella le escribió una carta y ella le decía:
- Padre, pertenecía a una familia tan desgraciada como impía. A los catorce años ignoraba hasta la existencia de Dios, a pesar de haber sido bautizada. Al pasar un día delante de una iglesia, vi mucha gente y entré. No entendía nada. Al llegar la comunión, le pregunté a una señora qué iba a recibir aquella gente… Aquella señora me explicó lo que era la comunión. Después me compró un catecismo y lo estudié para prepararme a la confesión y comunión. Y sigue el padre Mateo:
Ahora es una religiosa carmelita y hace poco me escribía
1 comentario:
Enhorabuena por haber retirado la entrada sobre el Padre Manjackal.
Me alegra mucho que esté refereciando al P. Angel Peña. Mire lo que en un libro escribió sobre el P. Manjackal:
http://www.es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=480&capitulo=6020
"He conocido sacerdotes extraordinarios como el padre Emiliano Tardif o el padre James Manjackal con un ministerio extraordinario de sanación de enfermos. Dios ha obrado maravillas a través de ellos. Y así otros más."
Publicar un comentario