Virgen de la Estrada

 Nuestra Señora de la Estrada o del Camino (24 de mayo). Iglesia del Gesú, Roma.

Bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Strada, Estrada, o del Camino, cuya fiesta se celebra el 24 de mayo, se venera en un cuadro de la Virgen, que recibió culto desde el siglo V en una capilla situada al pie del Capitolio, en el límite de via dell´Aracoeli. La capilla era conocida con el nombre “degli Astalli”, posteriormente degli Altieri (por el nombre de la plaza a la que daba) y finalmente Madonna della Strada. Entre 1569 y 1575 debió de estar expuesta en la cercana iglesia de S. Marcos. En 1696 la capilla fue adornada con mármoles, frescos y tablas que representan escenas de la vida de la Virgen y se añadió una inscripción latina que recuerda a S. Ignacio y a S. Francisco de Borja celebrando la eucaristía ante la Virgen.

A esta imagen S. Ignacio y sus primeros compañeros profesaron gran devoción: S. Francisco Javier, apóstol de Oriente; el Beato Pedro Fabro, primer compañero de Ignacio, hombre bueno y misionero en Europa; S. Pedro Canisio, autor del catecismo y fundador de colegios en Alemania; S. Estanislao de Kostka, novicio enviado por Canisio a Roma, que fue recibido por S. Francisco de Borja, y S. Felipe Neri. Todos buscaban en María el consuelo y la intercesión de la Señora.

El recinto religioso se convirtió en la primera iglesia de la Compañía por concesión de Paulo III Farnese en 1540, después de ser aprobada la Compañía el 27 de septiembre de ese mismo año. Según Polanco, la iglesia era estrecha, húmeda, sin adornos y se encontraba en estado ruinoso, aunque siempre estaba repleta de fieles que acudían a escuchar la explicación de la doctrina, recibir el sacramento del perdón y la dirección espiritual gratuita, de acuerdo con las Constituciones de la Compañía. Esta afluencia aumentó la devoción a la Virgen. El mismo S. Ignacio intervino para adaptar la iglesia a las exigencias de la concurrencia de los fieles, aunque su deseo real era construir una mayor, tropezando con la oposición de las poderosas familias del vecindario, hasta que en 1568, el Cardenal Alessandro Farnese venció las dificultades y emprendió la construcción de la actual iglesia del Gesù, aunque para ello hubo que derribar la capilla. La imagen se preservó mediante el corte del muro sobre el que estaba pintada. Desconocemos si la actual colocación de la pintura hay que atribuirla a aquel período, aunque es más probable que se deba a las intervenciones de 1800. En 1575, con la apertura de la nueva iglesia del Gesù la imagen fue colocada en la capilla construida al lado del evangelio.

La imagen de la Virgen de la Strada es un fresco de excelente factura de la segunda mitad del S. XIII y primera mitad del S. XIV. Se trata de una representación iconográfica anónima de la Virgen, aunque los elementos compositivos la sitúan en la escuela romana medieval; de todos modos no se descarta la posibilidad de que pertenezca al círculo de Cavallini, teniendo en cuenta que Madre e Hijo hay que atribuirlos a distintos artistas. Ella aparece representada de medio busto, ataviada con un manto dorado revestido a modo de seda que la envuelve, siendo visibles las líneas doradas del Espíritu Santo. Con la mano izquierda sostiene al Niño, al tiempo que la mano derecha se encuentra abierta hacia los fieles. La mirada es frontal y el rostro sereno. La cabeza se halla coronada y circundada por el nimbo. En conjunto, podemos afirmar que estamos ante una imagen de María como Madre y mediadora de todas las gracias. El Niño aparece nimbado en forma de cruz. Su postura recuerda al Pantocrátor. Su mirada es igualmente frontal y, como su Madre, también presenta un rostro sereno. En su mano izquierda sostiene el Libro de la Vida, mientras que la derecha aparece en actitud de bendecir. A la izquierda de la Virgen quedan restos de la estrella dorada, siguiendo el canon de la época, junto con las tres estrellas colocadas, en las dos espaldas y una sobre la cabeza, que indicaban la fe en la virginidad de María.

La imagen fue coronada canónicamente en 1638 y esa fue la primera vez que se otorgó semejante honor a un cuadro. Dicho acto fue repetido en 1885. Ella es para la Compañía de Jesús la memoria de sus comienzos. Junto con las camarette en que S. Ignacio pasó sus últimos años y escribió las Constituciones, inmerso en la contemplación de la Trinidad, nos traslada a un tiempo lejano y sin embargo vibrante con el espíritu que anima a todo jesuita y a cuantos comparten su misión en comunión con la Compañía. En 1890 León XIII concedió la fiesta litúrgica de la Virgen de la Estrada con misa propia para el 24 de mayo. Y el 25 de septiembre de 1978 (AR XVII, 205) la Santa Sede otorga a toda la Compañía su misa y oficio litúrgico para el mismo día como memoria libre.

Recientemente la imagen ha sido restaurada y se encuentra tal y como la conoció Ignacio de Loyola A ella le pidió muchas veces la gracia de ser puesto con el Hijo, gracia que obtuvo como se le confirmó en la visión de la Storta al final del verano de 1537. Al sacar la imagen del nicho en el que se encontraba desde el año 1882, la pared del fondo apareció revestida de madera cruda sobre la que una mano incierta escribió con caracteres de diverso tamaño la memoria del último alojamiento de la imagen: “Esta imagen de María Ssma. de la Strada fue sacada de este nicho y llevada en procesión al altar mayor el 19 de noviembre de 1882 para festejar el tercer aniversario de su colocación en esta capilla. Comenzó un triduo el 22; la fiesta fue el 26 y se procesionó el domingo después de la Inmaculada, 8 de diciembre de 1882. La gran fiesta fue dirigida por el Hermano Bellonghi Domenico de la Compañía de Jesús; fue devuelta a este nicho el 9 de diciembre de 1882”.
Miguel Ángel Alcalde Arenzana, s.j.


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